Pez Fuera Del Agua
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Los padres de una niña de nueve años estaban preocupados por unos gusanos pequeñitos que encontraron en una toalla que había usado la niña.
Gerardo Díaz, uno de los enfermeros médicos de cabecera, determinó que los gusanos eran oxiuros. Gerardo recetó una medicina llamada Albenza.
Los papás de la niña fueron a la farmacia para recoger la receta médica y descubrieron que el costo de Albenza en la farmacia era de $900. La farmacia les dijo a los padres que su seguro médico cubriría $600. Los padres vivían de ingresos un poco más altos que el umbral de la pobreza y se dieron cuenta de que incluso con la ayuda del seguro, el costo de la medicina era prohibitiva.
La madre llamó al Centro de Salud Maple City y pidió ayuda.
Cecilia Haines mantiene un registro de los centenares de medicamentos que dispensa el Centro de Salud Maple City. Para los medicamentos que no tenemos, Cecilia ayuda a nuestros pacientes a obtener las medicinas asequibles.
Cecilia llamó a la farmacia. La farmacia confirmó el precio de contado de $900 y el costo para la familia de $300.
Hace unos cuatro años, el Centro de Salud Maple City pudo hacer un arreglo con la farmacia para usar el programa 340B para la medicina dispensada por la farmacia. Para los pacientes del Centro de Salud Maple City, la farmacia aceptó usar la tarificación de 340B más una tarifa de $20 por dispensar.
Al saber que el Centro de Salud Maple City califica para un programa federal de tarificación de medicamentos llamado 340B, Cecilia revisó los precios a través del programa 340B. Descubrió que el costo de la medicina a través del programa 340B era 3¢. Sí, usted lo leyó bien – tres centavos.
Cecilia, pensando que había solucionado el problema, llamó al farmacéutico, le informó del precio de 340B, y cortésmente, pero firmemente exigió que la farmacia le ofreciera a la familia el precio de 340B.
Desafortunadamente, el farmacéutico dijo que no podía dispensar la medicina a los precios de 340B porque la farmacia no tenía a Gerardo en su lista de proveedores. Sin desanimarse, Cecilia dijo que volvería a mandar la receta de un proveedor que estuviera en la lista.
Cuarenta y cinco minutos después, Cecilia, con una gran sonrisa, llamó a los padres para avisarles que la medicina de $900 costaría tres centavos más la tarifa de $20.
Todos estaban contentos – menos, cabe imaginar, los gusanos.